Dentro y fuera del futbol, lamentablemente, prevalece la incapacidad para ubicar las cosas en su justa dimensión.
En un extremo, abundan quienes parecen verlo todo "color de rosa"; y en el otro, quienes siempre ven negros el panorama y la realidad.
Enmedio, esa reducida minoría que se mantiene al margen del nocivo maniqueísmo y es capaz de aquilatar las cosas en su verdadera
medida.
Ni la Liga MX está a la altura de las mejores del mundo, como muchos se empeñan en afirmarlo, ni es tan mala como muchos otros insisten en señalarlo.
La reciente actuación del América ante el Real Madrid no refleja con fidelidad la distancia que separa a las dos ligas; sólo refleja el abismo que separa a esos dos equipos.
Simple y sencillamente, porque el América sí representa más o menos el nivel promedio del futbol mexicano de Primera División, mientras que el Real Madrid está muy por encima del promedio español.
Tanta es la distancia que separa a esos dos equipos, que incluso con un flojo rendimiento de la escuadra merengue y un decoroso desempeño del conjunto americanista se produjo un 2-0 que además se quedó corto para reflejar la diferencia en el futbol desplegado por unos y por otros.
Sin embargo, tomar como parámetro ese partido para de inmediato inferir que la Liga MX es un desastre... es inferir demasiado.
Porque la distancia manifestada se manifestaría también, un poco más o un poco menos, en cualquier partido que disputara uno de los equipos más fuertes del mundo (Real Madrid, Barcelona o Bayern Munich) ante cualquier "equipo promedio" de las respectivas DIEZ mejores ligas del planeta, cualesquiera que éstas sean.
Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.
¿Será tan difícil sacudirse esa endémica incapacidad, dentro y fuera del futbol, para ubicar las cosas en su justa dimensión?
A ver hasta cuándo.
gomezjunco@mural.com
Twitter: @rgomezjunco