Cae Chapecoense ... y "virrey" del futbol

Homero Fernández
en CANCHA


El avionazo que mató a los jugadores del equipo brasileño de Chapecoense, también decapitó a la Federación Catarinense de Futbol llevándose a su presidente, uno de los más importantes y polémicos dirigentes del futbol brasileño.

Delfim Peixoto, de 75, llevaba más de 30 años al mando de la organización. En cuatro de las siete elecciones había sido candidato único. Fue líder estudiantil y

preso político de la dictadura militar brasileña en 1964 y 1965. Después en los años 70 fue acusado de tener el apoyo de los comunistas y llegó a ser diputado en varios períodos.

Dentro de la Federación Catarinense abundaban los parientes del presidente: su hijo, "Delfinzinho"; su nuera; dos nietos y otros familiares. "¿Nepotismo? Eso es una cosa que se aplica en el sector público y esto es una organización privada", declaró una vez.

El nombramiento de "Delfinzinho" como "asesor especial" fue en 2007, poco después de que dejara una clínica para adictos de crack. "Es una manera de no dejarlo sin nada. Necesita una ocupación y es un loco del futbol", justificó el mandamás. En otra ocasión dijo: "Necesitaba a alguien que me acompañara en los viajes porque no me gusta tener chofer. Yo también conduzco, pero a veces me canso".

Tres meses después de su nombramiento, "Delfinzinho" terminó en la cárcel por tráfico de droga. La Policía le había grabado una conversación telefónica donde aseguraba que compraría crack para revender a un tercero. Fue condenado a 5 años de prisión pero en unos meses los abogados defensores lograron encontrar un resquicio en el proceso y fue liberado.

En 2010, cuando su equipo, el Joiville, perdió la Copa de Santa Catarina, "Delfinzinho" junto con dos amigos entró a una cabina del estadio y agredió a golpes al cronista de radio Rodrigo Santos. Tres años después repitió contra el columnista Zélio Prado, a quien escupió y golpeó.

Más allá de "lamentar" sendos episodios, Delfim Peixoto mantuvo a su hijo en el cargo porque "él es medio colérico, pero tiene un corazón muy bueno". En mayo de este año fue detenido en una playa brasileña y le requisaron un arma calibre 38 en su auto deportivo.

Peixoto, como vicepresidente, estuvo a punto de encabezar interinamente la Confederación Brasileña de Futbol luego que su presidente, Marco Polo del Nero, fue acusado de corrupción por el FBI y apartado del cargo mientras se le investigaba. Del Nero le cerró el paso cediendo su lugar a un aliado que nombró sorpresivamente. El último tweet que figura en la cuenta de Peixoto es una publicación de prensa que denuncia el uso del avión oficial de la CBF para vacaciones del amigo de Del Nero.

Ahora que el patriarca ha muerto no solamente "Delfinzinho" lo echará de menos. En medio de las denuncias de corruptelas un poderoso sector del futbol brasileño también se ha quedado huérfano.

 
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