Soy de los que agradecen la fidelidad de un equipo hacia su propio estilo, y normalmente quienes llegan hasta la Liguilla lo han conseguido tras depurar su manera muy particular de enfrentar cada partido.
De los cuatro semifinalistas, tres nos demostraron durante el partido de ida su sello muy particular, y únicamente León fue incapaz de desarrollar todo aquello que le permitió ligar 11
partidos sin derrota, desde la llegada de Javier Torrente en la jornada 8. No por casualidad León ha sido el único vencido en esta semifinal.
Veamos: mientras Tigres buscó y logró cerrar los espacios, bloquear las bandas e impedir casi siempre los centros hacia sus excelentes rematadores, León esta vez no explotó el desborde de sus agresivos laterales (Velarde y Navarro), ni el disparo de media distancia (Montes) y casi nunca la conexión Cano - Boselli. Cuando lo consiguieron, su toque final fue demasiado impreciso.
En contra parte, Damm y Aquino se impusieron en sus atractivos duelos ante los mencionados laterales, mientras que la falta de Mejía en la contención leonesa permitió que esa zona fuera controlada por un gran Pizarro y un constante Dueñas, quienes superaron a López y Valdez en una zona fundamental para las transiciones.
En Aguascalientes fuimos testigos de un extraordinario encuentro entre un equipo que transita a velocidad crucero desde que ganó su primer encuentro en la jornada 7 (Necaxa), y otro que ha reencontrado la manera de ser efectivo y no sólo peligroso (América). Poncho Sosa, convertido en el mejor técnico del Apertura, consolidó una alineación a la que no le duele nada, compuesta por extranjeros de gran calidad (Iturra, Gallegos, Puch, Espíndola, Barovero) y jugadores que lograron el ascenso (García, Isijara, González, Beckeles, De Luna). Futbolistas plenamente comprometidos con la posesión del balón y el desgaste físico. No hubo equipo capaz de desordenar a este cuadro en todo el torneo y su comunicación dentro del campo se da a ciegas.
Para buena fortuna de quienes amamos el futbol mexicano, este sólido Necaxa se ve la cara frente a un América que con La Volpe no sólo se mantiene invicto, sino que cada partido mejora. Es cierto, hoy sufre bajas de jugadores muy importantes como Paul Aguilar o Rubens Sambueza, pero ha sido capaz de rescatar a un siempre criticado Ventura Alvarado, de impulsar a un enorme Edson Álvarez y de retomar a Darwin Quintero tras su largo padecimiento. La combinación entre Necaxa y América dio como resultado un partido en el que, lejos de contraponerse, los dos estilos provocaron un espectáculo digno de dos equipos que merecerían avanzar a la Final.
La lógica indica que Tigres y América repetirán la Final del Apertura 2014, pero ¿quién se atreve a descartar a León y Necaxa?, dos extraordinarios animadores y protagonistas de este torneo.
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