El Maratón de Nueva York, que se corrió el domingo pasado, vuelve a ser noticia por al menos dos razones: Una es el récord de 51 mil 995 corredores que arrancaron esa carrera, y la segunda es que 51 mil 388 de ellos llegaron a la meta.
El 98.8 por ciento de los corredores que tomaron la salida completaron el maratón. Ningún otro maratón internacional tiene ese índice de finalistas, y vaya
que su trayecto es conocido por ser pesado. Un porcentaje impresionante.
La contraparte del Maratón de Nueva York es que tiene algo con lo que no cuentan otros maratones internacionales: La gran cantidad de espectadores a los lados del trayecto que motivan con singular entusiasmo a decenas de miles corredores que no conocen y que no hablan su mismo idioma.
La Ciudad "ha hecho suyo" al maratón. A diferencia de otras capitales del mundo y a pesar de lo seco que es el trato "normal" de los neoyorkinos, el fin de semana del maratón se convierten en los anfitriones más cálidos del planeta.
Por lo menos 124 países del mundo estuvieron presentes a través de sus corredores, y lo probable es que ese fin de semana haya generado una derrama económica de más de 500 millones de dólares. Y ellos lo saben.
El apoyo de los espectadores es un fenómeno que algunos especialistas han llamado el "Efecto de la Audiencia", que ya han empezado a estudiar, y que tiene que ver con el impacto emocional que experimentan los corredores como consecuencia del apoyo y los gritos de los espectadores.
Un dato reportado por Strava afirma que, cuando los corredores cruzan el Puente Queensboro, en el kilómetro 25, donde no hay no hay espectadores ni ruido, el paso promedio general se hace más lento a 6'10" por kilómetro en promedio, mientras que al entrar a la Primera Avenida, la más nutrida de espectadores y la más ruidosa, el paso promedio baja a 5'50" por kilómetro.
Moraleja: Para tratar de registrar un récord personal no basta con buscar un trayecto rápido, conviene considerar lo "ruidoso" de tu próximo maratón.
Recuerda que correr es salud y algo más... mejor calidad de vida.
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