Noche mágica de campeones

Francisco Javier González
en CANCHA


La noche de muertos vio extinguir la vida de dos grandes eventos de la mejor manera para alimentar la emoción, el drama y la esperanza.

Una Final de Copa MX decidida en penales y la Serie Mundial en extra innings del séptimo partido serán memorables porque se rompieron dos de esas maldiciones que el deporte carga... hasta que alguien se las carga.

Una de ellas, la futbolera, se

decidió en casa del anfitrión y la otra en tierra de Indios. No hay mal que dure 100 años -a veces 108 como en el caso de los Cachorros- ni equipo que la aguante.

Lo que nos pone ante el teclado es el futbol, que vio a Querétaro ganar el primer título de su historia en la máxima categoría.

Reportero en aquellos tiempos de la Final dramática en tres partidos contra Correcaminos en la que se registró un terrible accidente carretero, la cuenta de infortunios queretanos ha sido interminable.

Su directiva ha tenido que aprender y su pueblo ha tenido que esperar. La ficticia luna de miel con Ronaldinho fue el regalo más caro que se le brindó a la afición. Pero Volpi, desconocido para nuestro medio cuando llegó y ungido en héroe de varias noches, a partir de hoy se convierte en el máximo símbolo de un equipo por fin campeón.

Que no es lo mismo una Copa que una Liga está fuera de discusión. Sus formatos, longitudes, sacrificios y partidos jugados son de diferente naturaleza y número. Pero que este torneo tiene también mucho valor, que ha crecido en el tiempo transcurrido desde que lo sacaron del olvido y que apunta a trascender más todavía, también es innegable.

La resolución del título en penales ofreció el mismo dramatismo que las dos Semifinales. En las rondas de eliminación fue un torneo sumamente cerrado y emocionante que confirmó el estado de gracia del más consagrado de los técnicos en activo.

Para Víctor Manuel Vucetich no ha sido fácil el camino en Querétaro. Han existido diferencias de opinión y de criterio. Pero como capitán deportivo de una nave que busca consolidarse, las ha sorteado junto con todo un grupo que hundido en los lugares más oscuros de la Liga, dio la ansiada vuelta olímpica para levantar cabeza y tomar aire.

Chivas, fiel a su escuela ofensiva y con su velocidad como gran argumento, no pudo superar a un adversario que se le plantó seriamente, tuvo un arquero candidato a la beatificación y no capitalizó la falta de inteligencia emocional de Andrés Rentería que por una tontería dejó a su equipo con uno menos a 20 minutos del final.

Gran noche y mejor futuro para un torneo que deja grato sabor de boca.

A Querétaro, como a toda capillita, le llegó su fiestecita.

Pues a disfrutar una experiencia nueva que será inolvidable.

 
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