Pues en mi humilde opinión, lo peor que le pudo pasar al América y a Chivas, en la Copa MX, fue el enfrentamiento entre ellos: el perdedor sería duramente criticado y el ganador eventualmente olvidado.
Nunca antes una Semifinal de esta nueva edición de la Copa MX despertó tanta atención y razones no faltaron: América llegaba invicto con La Volpe (sigue invicto según él) y, ante la falta de
un encuentro para celebrar su centenario, de pronto apareció esta gran oportunidad para festejar con su gente y contra el máximo rival.
Chivas ganó perdiendo contra Pachuca en el gran partido que ofrecieron y, sobre todo, con la impresionante dinámica mostrada, muy aparte de su clasificación a la Liguilla casi segura.
El ganador, en este caso Chivas, será minimizado tarde o temprano, incluso con la Copa en la mano, por ser un torneo menospreciado, en el que no participaron Monterrey, Tigres, Pumas y Pachuca, cuatro aspirantes serios al título.
Chivas ya sabe con Almeyda lo que es ganar este torneo; América no había participado precisamente por disputar (con mucho éxito) la Liga de Campeones de Concacaf durante dos años seguidos.
Este partido no habría despertado tanto interés de no ser por el muy interesante Apertura que ambos cuadros desarrollan, con los mismos puntos tras 14 partidos, por el contundente 3-0 con que Chivas derrotó al América de Nacho Ambriz en la jornada 7 y claro, por el ingrediente Ricardo La Volpe, siempre atractivo y ahora más por su reciente pasado chiva.
La ventaja (o desventaja, según se vea) de la derrota americanista es la posibilidad de contar precisamente con los ecos de su director técnico, quien demeritó el apretado triunfo de su rival en los Cuartos de Final de la Copa MX y, tan sólo un día después de la eliminación, arremetió en una improvisada conferencia contra prensa y rivales.
La caída del América favorece mucho la nota periodística y afecta más a los capitalinos que a Chivas hoy en día, pero si a eso le agregamos la irresistible tendencia de La Volpe para hablar sin escalas entre la idea y la palabra frente a un micrófono, irremediablemente se vuelven más largos los ecos.
América no perdió por un gol en dudoso fuera de lugar que ningún americanista reclamó en el momento; las Águilas fueron superadas por un equipo bien trabajado que demostró mayor fortaleza mental en los momentos claves. Ni La Volpe vs. Vergara, ni el arbitraje vs. el América, ni las lesiones vs. las recuperaciones, ni el tiempo de trabajo vs. la falta del mismo. Chivas ganó en la instancia correspondiente y es más que suficiente para aceptarlo.
Lo que fue una gran oportunidad para enmendar el deslucido aniversario del América, se ha convertido en un lastre más de cara al final de año tan complejo que le viene al equipo más ganador de México. Mientras a Chivas le llegó un inesperado enfrentamiento del que ha sacado mucho provecho, independientemente de lo poco que se le pueda reconocer si obtiene el título de Copa.
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