| | La afición mantuvo la 'tradición'.
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Mexsport |
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"Pónganlo en sus reseñas...el puto no muere".
Y no murió. Como si estuviera atrapado en las gargantas desde hace años, como si se hubiera ensayado durante tres o cuatro horas previas al partido, el grito de la controversia y la multa de FIFA a la FMF alcanzó sus más altos decibeles.
Por más campaña, video, pancartas, mensajes que lanzó el organismo rector del futbol mexicano, nada puro detener una expresión popular.
Y sólo pasaron dos minutos para que el guardameta Milán Borjan tocara el balón y se preparara para su primer saque de meta de la noche.
"¡Eeehhh...puuutooo!". Así, seco, fuerte, con más enjundia que otros juegos, incluso del Mundial mismo en Brasil donde se hiciera más internacional, el grito inundó al Estadio Azteca.
Al minuto 6, de nuevo. Borjan mandó el esférico hacia adelante y la voz de la multitud aumentó su volumen.
El arquero canadiense recibió cinco gritos más durante los 41 minutos que estuvo en la cancha. Porque una lesión o quizá el hartazgo de tantos "¡eeehhh...!" y lo que le sigue, lo llevó a su banquillo, abandonó el juego y le dejó el turno a Kenny Stamatopoulos.
Antes de deletrear su apellido, la gente lo recibió con el primer "¡puuutooo!", otra vez seco y como un rugido para silenciar a los mensajes del sonido local que pretendían divulgar el "Abrazados por el futbol".
Pero el sonido de por si inaudible por la mala calidad de las bocinas no prosperó ante la fuerza de los gritones que se negaron a aplicar la recomendación de no hacerlo.
Stamatopoulos se llevó otros 6 gritos (14 total entre los dos porteros) del que se solía llamar "respetable" público, que se negó a matar el "¡puuutooo!". |