La reventa nunca pierde, por ello, pese a que los Pumas llegan con una amplia desventaja de 3-0, los "amos del mercado negro" mantienen la esperanza de sacar ganancias para pasar un fin de año más confortable.

La oferta comenzó en el circuito de Ciudad Universitaria, donde los revendedores caminan tratando de pasar desapercibidas por los cientos de policías que se apostaron a lo largo de la Avenida Insurgentes. La búsqueda de clientes es discreta, tratan de no llamar la atención, pero es muy difícil no darse cuenta de sus intenciones.

Ya más cerca del Estadio Olímpico Universitario son más "descarados". Frente a la Facultad de Arquitectura un revendedor buscó "clientes" o en este caso "víctimas" a los cuales sacar una parte de su quincena o del aguinaldo que muchos ya recibieron.

El problema es que muchos de ellos no estaban dispuestos a soltar más dinero de lo presupuestado, y aunque el precio parecía módico, 800 pesos por un boleto a la Final, prefirieron esperar con la esperanza de encontrar algo más accesible. Algunos revendedores hasta se molestaron por ser rechazados.

A menos de tres horas para el silbatazo inicial de la Final del Apertura 2015, el movimiento es todavía relajado, donde sobresalen más los revendedores y la policía que la afición.