Los barristas de Pumas sacaron las garras en las gradas del Estadio Hidalgo.

A la par de alentar a su equipo desde la cabecera sur del inmueble, los aficionados auriazules protagonizaron tres conatos de bronca entre ellos mismos, los cuales no duraron mucho, pero mancharon su comportamiento de la noche.

No es la primera vez que los universitarios causan problemas en la casa de los Tuzos, pues en el Apertura 2006 integrantes de La Rebel arrancaron butacas para agredir a los policías.

Este jueves, desde que arribaron al estadio los seguidores visitantes mostraron en general un buen comportamiento y si alguna situación pintaba para salir de control eran ellos mismos quienes la apaciguaban.

El ejemplo fue al ingreso de las porras, las cuales tardaron demasiado debido a que sólo un acceso se encontraba abierto, y entre la alta asistencia de auriazules y el tiempo de revisión no pasó mucho en aparecer el descontento.

Al paso de los minutos la aglomeración de aficionados generó un cuello de botella, de donde se desprendieron insultos a las autoridades por la tardanza, poco después llegaron los empujones.

La situación parecía salirse de control, incluso a la escena llegaron más uniformados para rodear al tumulto donde se incrementaban los jaloneos que auguraban lo peor, pero fueron los mismos barristas quienes calmaron las aguas.

Una vez en las gradas, las porras y ovaciones comenzaron de inmediato, al minuto 16 se presentó el primer conato, el segundo fue en la recta final del primer lapso y el tercero justo al comenzar el medio tiempo, todos presenciados por el Comisario de la Liga MX.

Para el complemento las aguas se calmaron y los barristas se dedicaron a cantarle a sus jugadores, pero el mal ya estaba hecho y aunque no pasó a mayores una vez más dieron de que hablar.