| | La afición de Tigres vibró con cada gol de su equipo.
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Miguel Ramírez |
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| | Le pasan por encima a Rayados Tigres gana 4-1 la ida de Cuartos de Final y pone garra en las Semifinales. |
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Tenía que ser un "madrazo" como el de anoche para creer que la primera eliminación en Liguilla del Monterrey a costa de los Tigres está por llegar, lo que provocó que su afición lo festejara en grande. En el Día de las Madres, el equipo felino está cerca de olvidar los tragos amargos ante Rayados en la Fiesta Grande, pues el 4-1 de anoche parece contundente y de entrada, su hinchada cantó. Aún falta la vuelta en el "Gigante de Acero" el sábado, pero por la confianza de la goliza de ayer, la tribuna no miente: "¡Dale campeón, dale campeón!", recordándole a los albiazules quién es el mandón en la Liga MX.
No hay duda, los Tigres están de regreso.
La historia no juega, pero en la previa, mientras calentaba La Pandilla, pesaba la incertidumbre en la afición auriazul el saber que el verdugo en las Liguillas estaba en su cueva y se lo hizo saber abucheándolo y presumiéndole las cinco estrellas de su escudo, El partido comenzó flojo y sólo los destellos de Lucas Zelarayán levantaron al público de su butaca.
El "Chino" se convirtió en el "Señor de los Túneles" al fabricarle un par a los jugadores del Monterrey. Entre ellos César Montes, el héroe del Clásico pasado. Y si en cancha la alegría era poca, de pronto la afición prendió el ambiente con el cántico de "¡La, la, la, la Gignac!" comenzando un baile en la tribuna que contagió al cuadro de Ricardo Ferretti que se bailó a Rayados. El primer tiempo estaba llegando a su fin, el gol de André-Pierre Gignac parecía único y la hinchada auriazul, nerviosa, se comía las uñas hasta que apareció Jesús Dueñas, quien marcó el segundo. En su festejo agradeció al cielo, recordando a su madre. Para el complemento, Gignac clavó el tercero provocando un concierto de "olés". La fiesta era redonda. El público estaba extasiado. Tan feliz se mostraban los hinchas felinos que hasta "bulearon" a Edwin Cardona gritándole: "¡Gordo, gordo, gordo!", ¡Marraaano, marraaano!", pero el colombiano se tocaba el oído en señal de que no los escuchaba. Cerca del final, la mancha rayada en la parte alta del estadio tuvo su recompensa con el gol de José Basanta. Y aunque el triunfo felinos ya estaba de su lado, todavía la afición de los Tigres tuvo otro regalo: ¡Dueñas les obsequió un gol de poca! |