| | "Goyito" luchó para dejar las calles y destacar en el deporte, hasta llegar ahora a la UFC.
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Hugo Balcazar |
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El sueño de llegar a la UFC y convertirse en el primer peleador mexicano 100 por ciento en la empresa estadounidense le salvó la vida a Érik "Goyito" Pérez.
El regio creció en la Colonia Villa Española, en Guadalupe, un barrió bravo donde el respeto se gana en las calles y donde él tuvo la oportunidad de alejarse de las malas compañías gracias a las artes marciales que después lo catapultaron a la MMA.
"De los que nos juntábamos ya a muchos los han matado, se han muerto por el crimen organizado que han vivido en Monterrey, muchos por andar haciendo cosas que no deben o por andar en el mal camino, gracias a Dios el deporte me ha ayudado a salir de todo eso", afirma el peleador.
"Goyito" Pérez narró alguna de sus crudas experiencia durante su infancia y fue justo en sus ojos donde cayó el escupitajo de aquel "grandulón" al que apodaban "Chorejón".
"Me acuerdo que me molestaban mucho porque estaba chaparrito y gordito. Era el clásico chavito al que todos querían golpear", recuerda la nueva figura de la UFC.
"En mi barrio el más fuerte es el que iba a salir adelante, al que iban a dejar todos en paz. Si te buscaban pleito tenías que afrontarlo, entonces, por eso yo creo que tenía ese carácter, de afrontar todos los pleitos, pero a golpes y eso no resolvía nada".
Ahora, a sus 23 años, "el gordito" luce "cuadros" en su abdomen y marcados bíceps, todo un "Goyito Power" que dejó aquel barrio para convertirse en el primer peleador nacido en México en competir en la Ultimate Fighting Championship (UFC) y ya presume tres nocauts. |