Un éxito taquillero, pero también futbolístico, resultó ser el Clásico de Leyendas, que despidió al Estadio Tecnológico con una goleada de 4-1 de Tigres sobre el Monterrey.

El partido cumplió, la afición volvió a disfrutar a algunos de sus grandes ídolos en la cancha y no importó la lluvia para que casi 30 mil aficionados llenaran la vieja casa de Rayados.

Hubo un juego y dos Clásicos, el de la cancha donde lo antes rivales jugaron como amigos, y el de la tribuna, con dos aficiones que no olvidaron que son enemigas y tomaron el duelo como una guerra, una forma de definir que son mejores a su manera.

Si en la cancha los Tigres vencieron con goles de Luis Hernández, Ailton, Claudio Núñez y Francisco Fonseca, sus aficionados en la tribuna se sintieron ganadores al llenar casi un 40 por ciento de Preferente y "ensuciar" el que se presume último Clásico en el Tec, la anterior casa del archirrival.

La afición de los Rayados fue local otra vez, así la dejaron sentir al llenar la herradura, le dejaron pasar trapos al inmueble, presumieron una gran manta antes de iniciar el duelo y otra al comenzar el segundo tiempo.

Y mientras a la barra Libres y Lokos le quitaron sus banderas e instrumentos musicales, La Adicción sí los pudo usar.

En la cancha los jugadores terminaron fundidos en un abrazo, mientras en la tribuna no había palmadas al hincha rival.