La afición rayada se desesperó con su equipo y terminó abucheándolo. FOTO: Antonio Ordaz FOTOGALERIA 59 Qué pena con Avilés El delantero rayado falla otro penal, de nueva cuenta disparando descompuesto para fuera de la portería.

Mientras la afición rayada buscaba un culpable y reprobaba con abucheos el 0-0 ante Xolos, el jugador Julio Cruz reaccionó desde la cancha enviando una señal que muchos consideraron como obscena para ponerle "más sal a la herida".

La falla del penal por parte del colombiano Avilés Hurtado al minuto 76 encolerizó a los seguidores del Monterrey, aún dolidos por la derrota ante Tigres en la Final hace más de un mes y en un juego en el que el mismo jugador erró una idéntica oportunidad y en el mismo escenario.

"¡Buuu!", gritó la multitud en el Estadio BBVA Bancomer tras el yerro de Hurtado y lo castigó con rechiflas cada vez que tocó el balón en el resto del partido, es decir, una media docena de veces.

El canto de "¡Dale, dale, dale, Rayadooos!", de la barra de La Adicción, bajó de tono y buena parte de los 42 mil 996 aficionados se olvidaron de respaldar a su equipo y se lo hicieron saber con otro abucheo monumental tras el silbatazo final.

Algunos jugadores de los Xolos se acercaron a Hurtado para consolarlo. Cruz, por su parte, se dirigió a las tribunas con una señal de "corte de manga" y pronto fue controlado por su compañero Jesús Molina.

"Están haciendo polémica donde no hay, nunca me metí con la gente ni lo voy a hacer", aclaró Cruz al salir del vestidor, "por ahí es un malentendido, yo estaba discutiendo otras cosas y esperemos se quite esa imagen porque me está perjudicando.

"No sé quién haya sacado eso, pero lo afirmo aquí, es un error, no tengo nada contra la afición, al contrario, estoy agradecido por todo el apoyo, también junto con mis compañeros por siempre llenar el estadio, no tengo nada contra la afición. Sería ilógico", reiteró el jugador veracruzano, de 22 años, quien sustituyó a Dorlan Pabon al 84'.

Lo cierto es que el BBVA Bancomer no se llenó, pues hubo más de 9 mil asientos vacíos.
Como dice el título de una popular canción: "Tiene espinas el rosal".