| | Apelan Halcones a su ofensiva dinámica para truncar planes de Brady y Belichick.
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En la disputa por el título del Súper Tazón, Atlanta padece la mala suerte de verse las caras con auténticos monstruos.
Primero fue en 1998, cuando alcanzó su primer "Súper Domingo" y no pudo hacerle frente a los Broncos liderados por John Elway y Terrell Davis, que un año antes también se llevaron a casa el trofeo Vince Lombardi después de derrotar a Green Bay.
De nada sirvió haber firmado la mejor campaña en la historia de la franquicia, tras un récord de 14-2, ni contar con una de las defensivas más destacadas, ya que permitieron un corredor (Terrell Davis) y un receptor (Rod Smith) con más de 100 yardas producidas.
Después de ese viaje al "Gran Juego", en su segundo calendario al frente del equipo, el coach Dan Reeves hilvanó tres años con marca negativa hasta que en 2002 alcanzó los Playoffs, sin embargo, una derrota en la Ronda Divisional y un récord de 3-10 un año después lo hicieron pedir su destitución en plena temporada.
Jim Mora Jr. y Mike Smith llevaron a los emplumados a la Final de la NFC en 2004 y 2012, respectivamente, pero se quedaron cortos, situación que no pretende emular Dan Quinn, quien al igual que Reeves, dirigirá en el ST en su segunda campaña con los Halcones.
Y aunque hay mucho optimismo en el vestidor de las aves, Tom Brady y Bill Belichick tienen otros planes: convertirse en la pareja mariscal-coach más ganadora de esta cita, además de fijar marcas individuales.
A diferencia del grupo de 1998, que su fortaleza estaba en la defensiva, los Halcones de la actualidad son una auténtica máquina de hacer puntos. Y para muestra está el promedio de 33.8 unidades por encuentro que obtuvieron este año, cifra que intimida a cualquiera, hasta a la defensa de Patriotas, la que menos puntos admitió (250) en 2016.
Matt Ryan, Julio Jones y la dupla Devonta Freeman-Tevin Coleman está más que lista para devolverle a los habitantes de Atlanta una sensación que poco a poco se ha ido olvidando de sus memorias, pues fue en 1995 cuando los Bravos ganaron la Serie Mundial del beisbol de las Grandes Ligas, el último gran logro deportivo de un equipo de esta ciudad. |