Mientras que Tom Brady vuelve al escenario que le dio su segundo anillo de campeón de la NFL, Matt Ryan espera coronar esta tarde una campaña de ensueño.
 
Para el mariscal de campo de los Patriotas, pelear por el Súper Tazón es una experiencia más que conocida y en la cual suele desenvolverse como pez en el agua -salvo que le pongan a los Gigantes enfrente-, pues de seis viajes al "Gran Juego" sólo perdió un par ante los neoyorquinos.

Es más, su segundo Trofeo Vince Lombardi casualmente lo levantó en el entonces Reliant Stadium, actualmente llamado NRG Stadium y escenario donde hoy se verá las caras con el flamante ganador del premio al Jugador Más Valioso de 2016, distinción que el QB de Nueva Inglaterra ha ganado en dos ocasiones.

Así como en la campaña 2003, los Patriotas eran favoritos para llevarse la corona de la NFL por un touchdown, en esta ocasión las cosas lucen similares, ya que se pronostica que ganen el Súper Domingo por una diferencia de tres puntos.

Para el pasador emplumado Matt Ryan, quien tenía 13 años de edad la última vez que Atlanta jugó el Súper Tazón (1998), será un gran desafío hacer daño a la defensiva que menos puntos permitió en el calendario regular (250), aunque cuentan con armas de la calidad en el receptor Julio Jones, y los corredores Devonta Freeman y Tevin Coleman.

El ataque de Atlanta fue el más destacado en 2016 al promediar 33.8 puntos por encuentro y totalizando 540 unidades en el rol regular.

Por si fuera poco, del lado de Patriotas está el coach Bill Belichik, quien junto a Brady disputará su séptimo duelo por el título de la Liga, y, en caso de lograrlo, se convertirá en el entrenador en jefe más ganador en la historia del Súper Tazón con cinco trofeos.

Sin lugar a dudas, el Súper Tazón LI será un partido para disfrutar de principio a fin, pues los dos equipos tienen los argumentos para hacer estallar toda la pólvora que poseen sobre el emparrillado.