La Selección Mexicana jugará hoy uno de esos partidos de entrenamiento que muy de vez en cuando puede jugar.
Al visitar al máximo representativo del futbol holandés, los tricolores de Gerardo Martino podrán aprovechar su verdadero primer partido de preparación del azaroso 2020.
Aunque no pongan los holandeses a sus mejores elementos en la cancha, su nivel como sinodales estará muy por encima del acostumbrado entre adversarios del equipo mexicano.
Como insuficiente "bálsamo futbolero" para los innumerables y dolorosos estragos causados por el Covid-19 (especialmente los producidos más allá del futbol), surge este partido amistoso que en circunstancias normales no hubiera surgido.
Ante la imposibilidad de capitalizar en estos aciagos tiempos a la Selección Mexicana como suelen hacerlo, como lo harían en las condiciones anteriores que quizá se fueron para no volver, apareció como excepción un partido de preparación de ésos que deberían ser regla.
Al no poder exprimir a la generosa y productiva "gallina de los balones de oro" que tradicionalmente ha sido "el equipo de todos" explotado por unos cuantos, se tomó la sabia decisión de "darle prioridad" al aprovechamiento futbolístico para así ponerlo inusitadamente por encima del beneficio económico... porque no había de otra.
Pero al margen del eterno negocio -hoy en crisis- alrededor del futbol mexicano en general y de la Selección Nacional en particular, lo que a los únicos y auténticos protagonistas les corresponde es tratar de aprovechar al máximo la oportunidad que brinda un partido como éste.
Por supuesto, lo ideal sería que los holandeses pusieran en la cancha a sus 11 mejores futbolistas (según el propio criterio y la perspectiva de su flamante DT); pero incluso con la ausencia de algunos de ellos la calidad de este adversario servirá para medir con mayor grado de confiabilidad el actual estado futbolístico de la Selección Mexicana, tan acostumbrada a engañarse a sí misma al enfrentar con frecuencia a rivales de poca monta.
Además, a diferencia de la cuestionable lista de convocados para cumplir la semana pasada con el partido ante Guatemala que se sacaron de la manga con carácter de urgencia (de tele y de lana), en esta ocasión entre los seleccionados mexicanos que están en Holanda sí puede hablarse de una inmensa mayoría con verdaderas probabilidades de estar en Qatar dentro de 2 años.
A final de cuentas, de lo que se trata es de prepararse lo mejor posible para ese objetivo, para llegar con bien sustentadas aspiraciones de éxito a ese catarí evento mundialista programado para iniciar el 21 de noviembre de 2022.
En aras de ese primordial objetivo, y considerando el reducido margen de maniobra del que dispondrán para realizar los suficientes partidos de preparación que realmente sirvan como tales, Martino y sus dirigidos deberán sacarle todo el jugo posible a los "amistosos en serio", como lo es el que hoy se juega en la noche holandesa.
A ver cuánto le sacan y cómo lo aprovechan.
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