Hay cosas que parecen no tener explicación. Daría la sensación que muchas decisiones en nuestro futbol se toman sin claridad alguna, con los ojos vendados y lejos de un análisis profundo. Que se ejercen dependiendo del estado de ánimo del propietario y/o dirigente del equipo o peor aún, del humor con el que se levantó por la mañana y antes del primer sorbo al café.
Lo del Querétaro no lo comprendo. Eso de concluir la relación laboral con Alex Diego (así de elegante se puede leer el comunicado) me parece patético, lastimoso e innecesario a estas alturas del torneo.
¿Qué pretendían los directivos del equipo? ¿Qué esperaban? ¿Acaso que Gallos apareciera en el quinto puesto de la clasificación codeándose con León, Cruz Azul, Tigres, Pumas y América?
Entiendo que un penúltimo puesto resulta doloroso para cualquier institución pero, para un plantel como el que tiene Querétaro en el actual torneo, el lugar 17 de la Tabla es hasta cierto punto lógico. Posición directamente proporcional al armado del equipo. No le demos tantas vueltas.
Antes de haber "cortado por lo sano" con Alex Diego, la directiva debió revisar qué tipo de plantilla le otorgaron y qué tanto potencial había en cada uno de los jugadores.
La decisión habría sido distinta. Al menos le hubieran permitido concluir el torneo.
Es una incongruencia por donde se le vea y una injusticia para un entrenador de 35 años en su primera oportunidad de dirigir en Primera División. Sabían del factor inexperiencia, aún así apostaron por él y luego se muestran arrepentidos. El riesgo era latente.
Según el portal Transfermarket, Querétaro es el equipo más austero de todo el circuito. Su valor apenas alcanza los 14 millones de euros. Lejos de los 57 que vale América y los 53 millones de euros de Cruz Azul. Equipos a los que por cierto, Gallos venció. Y al América por goleada.
Se ve que los directivos se limitaron a ver el penúltimo puesto. Se fueron por la vía fácil.
Dieciséis de 34 jugadores que conforman la plantilla de Querétaro provienen del Atlante y cuatro elementos más, de la extinta Liga de Ascenso. Es decir, más del 50 por ciento vienen de un proceso de la división inferior.
Sus refuerzos extranjeros como Martín Rea tienen un valor en el mercado de 50 mil dólares. El también uruguayo Gonzalo Montes, de 300 mil, mientras que su goleador, Hugo Silveira, no llega ni al medio millón de dólares. Cifras tremendamente lejanas a lo que se maneja en nuestro futbol mexicano.
Bajo el nuevo formato de competencia donde califican 12, donde se agregó una etapa de Repesca y donde no hay descenso, una decisión así resulta incongruente.
Alex Diego es el sexto entrenador cesado en el torneo. El 33 por ciento de los técnicos que comenzaron la aventura ya no están (Tena, Puente, Sosa, "Chepo", Palencia, Diego).
Un exceso. Una cifra tan desconcertante como escabrosa.
Twitter: @CARLOSLGUERRERO |