Conocí el Estadio Morelos de Morelia el día que inicié como titular mi primer partido de Liga en Primera División. Era la temporada en que se inauguró (1989-90). Atrás había quedado el folclórico Estadio Venustiano Carranza, para dar lugar a un inmueble que 30 años después permanece cómodo, vigente, bello e imponente.

Ir a Morelia significaba jugar en una cancha en muy buen estado, ante una afición presente, constante e involucrada y contra un equipo siempre incómodo, siempre con futbolistas desequilibrantes y destacados.

Con La Volpe ir a Morelia ponía en marcha la cábala de visitar una parroquia específica justo al llegar a la ciudad, antes incluso de hacer el registro en el hotel. De hecho en una ocasión tuvimos un contratiempo, llegamos pasadas las 2 a.m., el autobús se dirigió a la iglesia y fue necesario buscar (y encontrar) al padre para que acudiera a abrir el templo. Así se hizo, el sacerdote llegó pasadas las 3 a.m. y todos debíamos ingresar, estar unos minutos en silencio y cumplir con la superstición de nuestro director técnico... ¿Cómo no querer a Morelia después de eso?

70 años de futbol profesional, desde que en 1950 Morelia inició su participación en la Segunda División, al ascenso en 1957, al descenso de 1968, al regreso definitivo a Primera de 1981, a la gestión de Nicandro Ortiz y la "Tota" Carbajal, a la memorable Semifinal de los penales contra el América, a la compra de TV Azteca, al título del Invierno 2000, a la Copa Libertadores, a ser considerado el mejor equipo del mundo en abril del 2002, a las 3 Finales de Liga perdidas (2002, 2003 y 2011), al título de Copa MX en 2013, a la dramática salvación en Monterrey del 2017... y a la sorpresiva noticia de su mudanza a Mazatlán y, por consiguiente, su extinción.

No se trata de buscar el romanticismo donde no lo hay, porque al final de cuentas el futbol profesional es un negocio y cada inversionista busca ganancias sin tocarse el corazón. Ejemplos hay muchos, pero en lo personal, esta decisión me ha dejado sorprendido y triste. Más allá de la pandemia, estos tres meses han sido terribles para la imagen del futbol mexicano.

No nos vayamos muy atrás: apenas en el Apertura 2019, es decir, el más reciente torneo finalizado, Morelia venció a León en Cuartos de Final, empató en el marcador global contra el América en Semifinales y quedó únicamente fuera de la Final por la posición en la tabla. No nos vayamos muy lejos: el último partido oficial de Monarcas Morelia, en la Jornada 10 de este cancelado Clausura 2020, fue una muy satisfactoria exhibición ante Querétaro y una contundente victoria 4-0 en el Estadio Morelos.

Conocí el Estadio Morelos la temporada de su inauguración y la ciudad de Morelia gracias al futbol. Padecí las embestidas de su equipo durante varios años, coleccioné anécdotas de cada viaje a esa preciosa ciudad, admiré a decenas de futbolistas que vistieron esos colores y con mucho agrado he seguido cada una de sus 39 temporadas en Primera División, desde 1981. El balance sin duda es altamente positivo, por eso, mi tristeza por la muerte de 70 años de futbol en Morelia.

Twitter: @FELIXATLANTE12