Pero hay vacíos que no pueden llenar...
Gustavo Cerati tenía razón, hay vacíos que no pueden llenar, decir adiós a mi estadio, mi equipo, los amigos, a esa rutina dominical tan arraigada, que difícil se ha vuelto ver las playeras guardadas, los abonos colgados.
Al volver, prometo multiplicar la distancia del carro hacia la calle Morelos, saludar a los hermanos de La Banda del Rojo, porra del Toluca, compartir el clásico sorbo de cheve, total todos somos Diablos y vamos al mismo infierno, disfrutar un buen huarache toluqueño, ver los murales hechos por el talentoso colectivo de Rojo Capo, platicar con los hermanos de mil batallas que te hacen recordar una buena anécdota de local, de visita, da lo mismo si pasó en Morelia o en Montevideo en la Libertadores de 2013.
Poder decir adiós, es crecer, así termina la canción de Cerati, que así sea, que crezca nuestra Liga después de esta pandemia, que vuelvan aficionados, equipos, directivos, todos los actores del futbol mexicano con aires renovados, con afán de ser mejores en sus respectivos campos y trincheras.
Que vuelva pronto nuestro amado deporte, habrá que ser paciente, porque eso sí, queremos regresar todos, que no falte ninguno, que no falte nadie.
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