Desperté con la ilusión y angustia de ver el cuarto día del RBC Heritage. El estado de angustia surge de tener a dos mexicanos peleando los primeros lugares y acariciando la posibilidad de volver a tener un campeón connacional después de casi 50 años en el máximo circuito de golf o nuevamente caer a posiciones mediocres que nos suelen suceder a los deportistas mexicanos.
Le acaba de pasar al "Turco" Ancer en el Charles Schwab Challenge en Dallas, que estando en segundo lugar el sábado cayó al 14 el domingo. Afortunadamente no fue un golpe de suerte lo que sucedió esta semana, en la que Ancer y Carlos Ortiz comenzaron con el pie derecho, mostrando determinación y nervios de acero y tuvieron el domingo su prueba de fuego.
La hazaña que esperamos pronto pueda concretar Abraham Ancer, Carlos Ortiz y María Fassi tiene el camino ya trazado por la gran Lorena Ochoa y recientemente por Gaby López, con sus victorias en el LPGA en 2018 y 2020. Ahora tenemos todos los mexicanos una nueva gran generación de golfistas; ya no hay que soñar, es una realidad la que estamos viviendo y que esperamos se replique a otros deportistas mexicanos.
Necesitamos más ejemplos de caminos como el de Raúl Ramírez en el tenis, Eduardo Nájera en el basquetbol, Ana Guevara en el atletismo y así poder ilusionarnos en casi todas las demás disciplinas del deporte nacional, las cuales no dejaremos de impulsar y promover.
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