Entre la interrupción de la Liga MX y el inicio del Mundial de Clubes han sido las Chivas las encargadas de acaparar las ocho futboleras columnas.
Unas reforzadas Chivas a las que muchos han querido endilgarles lo de "super", cuando siguen estando lejos de serlo.
Es cierto que mucho se ha enriquecido el plantel rojiblanco con la llegada de varios jugadores, pero también es indudable que la eficiencia colectiva en la que tanto habían avanzado se verá sustancialmente trastocada con esas múltiples incrustaciones, que falta ver cómo responden todos esos futbolistas al vestir una camiseta muy distinta a la de otros equipos, y que en principio con respecto a esos refuerzos llama la atención mucho más la cantidad que la calidad.
Y mientras el más popular de los equipos mexicanos sigue provocando más revuelo por lo que contrata desde la mesa que por lo que juega en la cancha, el Monterrey inicia hoy su participación en ese magnífico escaparate futbolero llamado Mundial de Clubes.
Ya instalados con todo merecimiento en la Final del Torneo de Apertura 2019 de la Liga MX -que por eso mismo fue postergada durante dos semanas-, los Rayados se disponen a cumplir a partir de hoy con una de sus materias pendientes: desplegar un futbol de altos vuelos en algún escenario que no sea del continente americano.
Porque en México ya se sabe de qué es capaz este equipo, y de sobra en el ámbito concakafkiano, pero no más allá de esas respectivas fronteras.
Después de tres años muy productivos bajo la dirección técnica de Antonio Mohamed, pero poco reconocidos porque en ese lapso perdió dos Finales (una ante el Pachuca, en un partido ampliamente dominado por los Rayados, y cuando el título parecía en bandeja; y el otro -también en su propia cancha- ante los Tigres y con un penal en el último minuto que en caso de anotarse podía haber cambiado el rumbo de esa historia), el Monterrey bajó ostensiblemente su nivel de juego a partir de la salida del famoso "Turco", que hace apenas tres meses regresó para revitalizarlo.
En medio de esas dos etapas de Mohamed como técnico rayado, bajo el mando de Diego Alonso el mayor logro del conjunto regiomontano fue precisamente la obtención del título que le permitió inscribirse en el torneo en el que hoy se presenta ante el Al-Sadd, equipo anfitrión dirigido por uno de los mejores futbolistas del planeta entero en los tiempos modernos: Xavi Hernández, quien además acaba de ofrecer una ejemplar prueba de su nivel de profesionalismo al describir a la perfección a su adversario de hoy.
A partir de que este Mundial de Clubes adquirió cierto reconocimiento como torneo (pasada la inicial fase de experimentación durante la cual sobre todo los más grandes equipos no le otorgaban mayor importancia), nunca un representante del futbol mexicano ha tenido en él un desempeño verdaderamente sobresaliente, de ésos que de algo sirven para incrementar el prestigio de nuestro balompié, cualquiera que éste sea.
Es decir, que nunca un equipo mexicano ha dejado por allá plena y cabal constancia del buen futbol que por acá se juega y puede jugarse.
A ver si ahora.
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