El Olímpico Universitario ha sido escenario de grandes eventos nacionales e internacionales. FOTO: Archivo El proyecto fue asignado al arquitecto mexicano Augusto Pérez Palacios. FOTO: Comunicación UNAM

El Estadio Olímpico Universitario está de fiesta.

Este 7 de agosto se conmemora 70 años de la la colocación de la primera piedra que marcó el arranque de la construcción de un inmueble que, al paso de los años, se ha convertido en un referente para el deporte mexicano e internacional y un símbolo para la Universidad Nacional Autónoma de México.

El proyecto fue asignado al arquitecto mexicano Augusto Pérez Palacios, quien junto con Raúl Salinas Moro y Jorge Bravo, comenzó con las ideas y planos en marzo de 1950, y cinco meses después se inició la obra.

El estadio Olímpico fue inaugurado el 20 de noviembre de 1952 con el inicio de los II Juegos Juveniles Nacionales, en una ceremonia encabezada por el entonces Presidente de México, Miguel Alemán, y por el rector en turno de la UNAM, Luis Garrido.

Sin embargo, para muchos aficionados su verdadera inauguración se dio el día 29, cuando fungió como sede del clásico del futbol americano colegial en México entre los Pumas de la UNAM y el Politécnico, que terminó en victoria 20-19 para el cuadro guinda, y el cual significó el primer lleno en el estadio.

Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, el Estadio Olímpico Universitario ha sido sido la casa del Club Universidad en la Liga MX.

Los Pumas jugaron su primer partido el 10 de julio de 1955 en duelo correspondiente a la jornada 1 de la campaña 1955-56 de la segunda división, venciendo 2-0 al recién descendido Marte.

Además ha sido sede de los Juegos Deportivos Panamericanos de 1955 y 1975; los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1954 y 1990; la edición de los Juegos Olímpicos 1968; la Universiada Mundial de 1979; y el Mundial de futbol México 1986.

Testigo de momentos icónicos

La atleta mexicana Enriqueta Basilio Sotelo, campeona en los 80 metros con vallas y 400 metros, se convirtió en la primera mujer en la historia en portar la antorcha olímpica para encender el fuego del pebetero del estadio Olímpico Universitario durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1968

En este recinto se escenificó la protesta silenciosa más representativa en los anales de los Juegos Olímpicos, cuando en la entrega de medallas de los 200 metros planos los atletas afroamericanos Tommie Smith y John Carlos, al escuchar el himno de los Estados Unidos, agacharon la cabeza y levantaron el puño enfundado en un guante negro, símbolo del movimiento Black Power.

Con información de Comunicación UNAM