A mediados de 2015, Tom Brady declaró por primera vez que su objetivo era jugar hasta los 45 años de edad. En ese momento, muchos pensamos que se trataba de una broma.
Su trayectoria con los Patriotas había sido espectacular y sus logros dentro del terreno de juego, hasta ese momento, ya le daban argumentos de sobra para ser considerado el mejor jugador en la historia de la NFL.
Su equipo acababa de ganar el Super Bowl XLIX en un final dramático ante los Halcones Marinos, y sus cuatro anillos lo colocaban a la par de Terry Bradshaw y Joe Montana como los mariscales de campo con más títulos en la era del Super Tazón.
Aún así, se antojaba complicado que los años no le pasaran factura y que pronto su nivel de juego sufriera las consecuencias del paso del tiempo.
A partir de ese momento, Brady no solamente se mantuvo activo sino que fue una pieza fundamental para que los Patriotas ganaran otros dos títulos y jugaran tres Super Bowls de forma consecutiva entre 2016 y 2018.
Todavía el año anterior, a pesar de haber contado con muy pocas armas a la ofensiva, Nueva Inglaterra ganó su división por undécima campaña consecutiva para terminar perdiendo un partido apretado ante los Titanes en la ronda de comodines.
Ese fue el final de la carrera de Tom Brady con los Patriotas, y ahora, tras haber festejado su cumpleaños 43 el día de ayer, el egresado de la Universidad de Michigan buscará demostrar que puede seguir siendo competitivo jugando para los Bucaneros de Tampa Bay.
De entrada, ha quedado claro que, a pesar de la edad, Brady mantiene el hambre y el espíritu competitivo.
Por otro lado, Bruce Arians es un entrenador en jefe al que le gusta tomar riesgos y que sabe sacarle mucho jugo a sus mariscales de campo, independientemente de sus características.
Finalmente, el equipo de Tampa Bay tiene una larga lista de jugadores talentosos a la ofensiva, que bien pudiera ser la mejor que ha tenido Brady a su disposición desde su llegada a la NFL.
Si la pandemia lo permite, muy pronto sabremos si Tom Brady es capaz de ganar con regularidad lejos de la órbita de Bill Belichick.
Esa es quizás la mayor incógnita en torno a esta nueva etapa en la carrera de quien, aun siendo el mejor de la historia en su posición, no se cansa de buscar la forma de hacer crecer su legado.
Por ahora, ya nadie se ríe cuando Brady insiste en jugar hasta los 45. Y yo no descartaría que si las cosas le salen bien en Tampa Bay pudiera, como hace algunos meses lo adelantó Alex Guerrero, intentar jugar más allá de la campaña del 2022.
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