Los reflectores de 12 universidades estadounidenses estaban puestos sobre Samantha Bricio y su magia en el voleibol de sala hace un par de meses.
Las ofertas comenzaron a llegar desde que tenía 13 años, en el 2008, cuando cumplió uno de sus sueños y apareció por primera vez con la Selección Nacional Sub 18, Sub 20 y Selección Mayor, como la jugadora más joven del cuadro.
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