Gerardo González (izq. a der.), Enrique Suárez, José Maiz García, Ángel Macías, Jesús Contreras y Mario Ontiveros se reunieron para recordar su título mundial. FOTO: Velia De La Cruz A seis décadas de la hazaña Los Pequeños Gigantes que conquistaron Williamsport en 1957 están de fiesta.

Sentados en los escalones de una banqueta en el Parque Acero, como si fueran niños otra vez, media docena de hombres que rebasan los 70 años recorren el telón del tiempo.

"¿Te acuerdas? ¿De veras, todavía te acuerdas?", pregunta José Maiz García a Gerardo González, a quien le brillan los ojos como si recién acabara de vivir un acontecimiento.

"¡Claro que me acuerdo!", responde González.

"Pepe" y Gerardo son dos de los 14 "chiquillos" de la Liga Industrial de Monterrey que hoy, hace 60 años, conquistaron la Serie Mundial de Ligas Pequeñas de beisbol en Williamsport, Pennsylvania.

El equipo regiomontano, integrado por peloteritos de 11 a 13 años, logró 13 victorias consecutivas y se proclamó campeón mundial con un juego perfecto de Ángel Macías, el único que se ha lanzado en una Final.

Detrás de Macías había un puñado de Pequeños Gigantes que escribieron la hazaña más tierna y heroica en la historia del deporte infantil mexicano, bajo las órdenes de César L. Faz.

"Ahora practico el softbol y en los partidos todavía se se me acerca mucha gente para felicitarme por lo que hicimos", dice Enrique "El Cubano" Suárez, quien finalizó como campeón bateador (.468) y máximo jonronero (8) en aquel título mundial.

Norberto Villarreal, Baltazar Charles, Ricardo "El Zurdo" Treviño, Fidel Ruiz, Roberto Mendiola, Alfonso Cortez y Francisco Aguilar, ya fallecidos, así como Mario Ontiveros, Rafael Estrello y Jesús Contreras, quienes siguen vivos, se convirtieron también en inmortales, al ser parte del primer equipo no estadounidense en ganar el título mundial de Ligas Pequeñas.

"Probablemente porque éramos niños no comprendíamos lo que habíamos hecho, de eso lo supimos hasta que fuimos mayores de edad y es una hazaña que nunca se nos va a olvidar", recuerda Ontiveros, quien anotó la primera carrera en la Final ganada por 3-0 ante la Liga de La Mesa, California.

Gracias a su gesta, los Pequeños Gigantes tuvieron la oportunidad de convivir con cuatro Presidentes de México y de Estados Unidos, quienes los honraron en Los Pinos y en la Casa Blanca.

Hoy, como cereza en el pastel del 60 aniversario de su obra maestra, Macías será entronizado en el Salón de la Excelencia, donde acompañará a ex peloteritos que han destacado en otros ámbitos, como George W. Bush, Kevin Costner, Nolan Ryan, Mariano Rivera y Maiz García.

¿Cuál es el mensaje que aún puede aplicarse de los Pequeños Gigantes?
"Haz de tu vida un juego perfecto", contesta Macías.

LOGRAN VAQUEROS EL TERCER MILAGRO
Si el primer cetro mundial de Ligas Pequeñas de beisbol de Monterrey en Williamsport fue consumado con un juego perfecto, el obtenido también un día como hoy, pero hace 20 años, se logró de la forma más inesperada y emocionante de todos los tiempos.

Los Vaqueros de la Liga Guadalupe Linda Vista se dieron el lujo de romper un juego sin hit ni carrera en el último inning y de revertir una desventaja de 4-1 ante la Liga de Mission Viejo, para dar a Monterrey el tercer campeonato mundial en la categoría 11-12 años.

El grito de "¡Sí se puede!", que se escuchó por primera vez en un escenario deportivo, alentó a Gabriel Álvarez para disparar un jonrón impulsador de tres carreras que empató la pizarra y posteriormente a Pablo Torres para conectar el hit productor de la victoria por 5-4.

Los Vaqueros derrotaron en la fase Regional a la Liga Cuauhtémoc, que incluía en sus filas a Ramiro Peña, quien años después llegaría a las Grandes Ligas.

En el Nacional vencieron al pitcher Jaime García, actual integrante de los Yanquis de Nueva York y que representaba a la Liga Treviño Kelly, de Reynosa.

Por si fuera poco, el equipo comandado por Jaime Luna perdió el primer juego en la Serie Latinoamericana, 1-0 ante Nicaragua, antes de enracharse y de obtener su boleto a Williamsport, donde también libró una titánica batalla ante Japón ganada 1-0 con pitcheo y bateo de Adrián Luna.