Para certificar el estadio de los Charros, Grandes Ligas no le bastó con meterse hasta la cocina, llegó hasta la lavandería.

El comité organizador del Clásico Mundial en Jalisco tuvo que cumplir con las exigencias que le presentó Grandes Ligas, para poder certificar el estadio y que estuviera avalado para recibir, a partir de hoy, la actividad del Grupo D de la Primera Ronda del certamen que reúne a los mejores beisbolistas del planeta.

Personal de Grandes Ligas pidió la instalación de una cocina en el estadio, con un chef aprobado por ellos, que se encargará de preparar los alimentos para los más de 100 peloteros; además probaron agua natural, para elegir cuál sería la que beberán.

Como la lavandería de los Charros está capacitada para solo un equipo, buscaron un proveedor externo, que fuera capaz de manejar grandes volúmenes y recoger los uniformes sucios tras los juegos y entregarlos temprano, para ello investigaron hasta cuál detergente y suavizante utilizarían.

Grandes Ligas exigió la instalación de 200 luminarias más en el estadio, para llegar a un total de 300, la construcción de dos clubhouses auxiliares y que cada uno tuviera locker individual para cada uno de los jugadores, que fue dotado de artículos de higiene personal.

Por petición del sindicato de peloteros, se colocó un camino de material anti-derrapante por cualquier lugar donde el jugador pase con los spikes, para evitar resbalones y lesiones.

Tales medidas representaron un gasto de cerca de 35 millones de pesos (la transformación de estadio de atletismo a beisbol costó cerca de 50 millones) para que Grandes Ligas diera luz verde a que se juegue hoy.